- Alejandro Millán Valencia
- BBC Mundo
Hacia la segunda mitad del siglo XX, se comenzaron a conocer reportes de misteriosos hallazgos en las minas cercanas a la ciudad de Ottosdal, en Sudáfrica.
Los artefactos hallados eran unas esferas, pulidas y con líneas perfectamente talladas, que eran muy similares a una pelota de criquet.
A simple vista, parecía que estos objetos, de no más 10 centímetros de diámetro, habían sido tallados por una mano humana y hacían parte del acervo arqueológico de una antigua civilización.
Sin embargo, lo sorprendente es que las bolas habían sido descubiertas dentro de una roca de pirofilita formada hace unos 2.800 millones de años.
O sea, cuando la Tierra era aún muy joven para albergar vida inteligente.
Las esferas fueron llevadas a la localidad de Klerksdorp, en el norte de Sudáfrica, para ser estudiadas y posteriormente fueron puestas en exhibición en el principal museo de la ciudad.
Por eso, se hicieron conocidas con el nombre de esferas de Klerksdorp.
Sin embargo, a principios de los años 80, comenzaron a circular artículos en publicaciones de divulgación pseudocientífica que asignaban a las piedras un origen alienígena y señalaban que eran “una prueba de la presencia extraterrestre” en la Tierra antes de la aparición de los humanos.
Uno de esos artículos estaba firmado por un investigador llamado Michael Cremo y fue publicado en un portal de noticias.
“Esas publicaciones aparecieron por la falta de estudios geológicos que explicaran el verdadero origen de esas piedras”, le dice a BBC Mundo el geólogo sudafricano Bruce Caircorne, de la Universidad de Johannesburgo.
Cairncross señala que las esferas están lejos de ser un misterio y mucho menos un posible vestigio del paso de seres extraterrestre en nuestro planeta.
“Se creyó que no se necesitaba explicar algo que parecía evidente: que las piedras habían sido extraídas de rocas que se formaron hace miles de millones de años”, señaló el geólogo.
“Aunque se puede entender que llamen la atención, este tipo de esferas son muy comunes dentro de las formaciones de pirofilita“.
Pero, ¿cómo lograron tener esa forma?
Millones de años de formación
Como lo señala el portal IFLScience, durante los años 80 varios artículos, con poca base científica, comenzaron a señalar que las esferas de Klerksdorp habían sido hechas por “una civilización superior, una civilización anterior al gran diluvio de la que no sabemos prácticamente nada”.
Como anotan otros reportes, como la revista Lapidary Magazine, algunos medios iban más lejos y añadían que las esferas giraban solas dentro de la vitrina donde habían sido colocadas.
Por esa razón, una sociedad conocida como Sociedad para la Investigación Racional de los Fenómenos Paranormales buscó la colaboración de Cairncross para refutar los argumentos que cada vez ganaban más adeptos.
“No bastaba con la explicación básica: que habían salido de una formación de más de 2.800 millones de años, sino que tuvimos que ir más a fondo: explicar cómo se habían formado”, señala el académico.
Para eso detalló que las piedras fueron halladas en una formación conocida como “grupo dominante”.
“La principal característica es lo que forma este conglomerado, con varias capas de lava volcánica que se depositaron en la parte superior y que, después de mucha presión y calor, se convirtieron en pirofilita, que es lo que recubre las esferas”, señaló.
El propio geólogo indica que la peculiaridad de las piedras se debe a que han permanecido millones de años bajo la presión y calor que se forman dentro de una roca más grande que de alguna manera las “aloja”, y han estado expuestas a la erosión del agua.
“Las esferas se conocen como concreciones: objetos esféricos, elípticos u achatados compuestos de diferentes minerales que están en la roca huésped. Y son bastante comunes, habiéndose encontrado miles en todo el mundo”, anota el geólogo.
Esas concreciones, agrega el experto, se encuentran en rocas de grano fino, como la pirofilita que abunda en esa región de Sudáfrica.
Las líneas de la sospecha
Cairncross señala que una de las razones por las que decidió dar una explicación más amplia de lo que ocurría con las esferas fue porque las publicaciones pseudocientíficas estaban siendo muy creíbles.
El geólogo se refiere a una revista que señalaba que las esferas habían sido llevadas a la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) y citaba un reporte que indicaba que habían sido hechas en “un lugar con gravedad cero”.
Pero el experto acepta que las esferas de Klerksdorp tienen una particularidad que tal vez no se ve en todas las esferas similares que se han hallado en el mundo: las líneas paralelas que las atraviesan, esas que le dan un aspecto de pelota de criquet.
“En realidad no son líneas, sino capas”, señala el geólogo.
“Eso es producto de las huellas que dejaba la roca huésped, que se fueron acumulando en capas durante mucho, mucho tiempo, creando el efecto que se pueden ver ahora”, señala.
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