La marcha, la más multitudinaria contra la administración de Javier Milei desde su asunción, contó con la participación de líderes de diversos partidos opositores y sindicatos, aunque predominaron los estudiantes en las columnas.
La movilización, que tuvo epicentro en la Plaza de Mayo y réplicas en varias ciudades, se destacó por su magnitud y pacífica desconcentración. Hubo presencia policial pero no se registraron incidentes mayores.
El Consejo Interuniversitario, la Federación Universitaria Argentina y el Frente Sindical de Universidades Nacionales, organizadores del evento, difundieron un documento sobre la importancia de la universidad pública en la democracia y el desarrollo social. El acto culminó con la lectura del documento por parte de la presidenta de la FUA, Piera Fernández.
Aunque el Gobierno minimizó la protesta tachándola de «política», la presencia de líderes opositores y sindicales respaldó la legitimidad del reclamo estudiantil. La marcha también sirvió para visibilizar otras demandas como la situación salarial.
La participación de figuras políticas como Sergio Massa, Axel Kicillof y Cristina Kirchner, así como sindicalistas como Roberto Baradel y Héctor Daer, demostró el amplio respaldo a la causa universitaria.