“Éxitos que no son lo que parecen ser, son apariencia”



El ser humano es apariencia, como también todo lo que a su mundo concierne. Su conducta, intenciones, valores, esencia e identidad son producto de aquello que los sentidos, la imaginación y manera de razonar de cada individuo captan, elaboran y concluyen. Es apariencia para sí mismo y es apariencia para los demás.

De ser certera la afirmación anterior, la verdad, la realidad, los hechos, el universo o multiverso que nos rodea, es inasequible a la conciencia y por tanto, hemos de caer indefectiblemente en los conocidos aforismos de Sócrates: “Solo sé que no sé nada” y del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”. A partir de allí, se torna inútil toda búsqueda de conocimiento verdadero con relación a lo que fuere, pues por esta hipótesis, la Justicia jamás hará justicia, las personas jamás nos conoceremos en profundidad, incluso la valoración o ponderación de lo vivido, por caso el amor y el daño o sufrimiento infligidos o recibidos, son propios e intransferibles. Difiere, en ocasiones radicalmente, la percepción entre quien provocó una emoción y su destinatario.

No habrá otra justicia, perdón, paz, amor, felicidad y bondad en la vida que la o el que se obsequie cada quien. Pensar que otros son diferentes, felices o amargados, satisfechos o insatisfechos, justos o injustos, buenos o malos, fuertes o débiles, es incursionar en el país de la fantasía que solo nos llevaría a compararnos y a anclar la mirada y atención a frustrarnos, a angustiarnos.

La vida es aquello que transcurre dentro sí, de la propia conciencia y sentir, y es solo de ese sí mismo de quien podemos aspirar a la verdad, todo lo demás es apariencia. Ardua labor elegir percibirla en favor y beneficio propio, seleccionando para soltar lo inconveniente y atesorar lo conducente a la felicidad, por cierto, también idealizada por una sociedad de consumo de “éxitos” y “logros” estereotipados, que no son lo que parecen ser… son apariencia.

Aldo Cristian Alí
luzyluci@hotmail.com

OTRAS CARTAS

Un país donde todos sospechamos de todos

Camino a la farmacia, me encontré con un hombre que tenía el baúl del auto levantado y me miraba insistentemente. Al acercarme, como me molestaba mucho su mirada, le dije: “Hoy todos somos sospechosos de algo. Usted me mira sospechando que yo puedo robarle y yo lo miro a usted pensando que en el baúl del auto lleva un cadáver”.

He aquí la impronta de la democracia en que vivimos: el robo. Cualquiera pensaría que todo el ciclo básico lo hicimos memorizando el verbo robar: yo robo, tú robas, él roba, nosotros robamos, vosotros robáis y ellos roban. Tal vez el hombre que me miraba no lo hacía con este prejuicio. Pero ya todos nos sentimos perseguidos.

Yo soy un hombre de 65 años que jamás robé, por eso me molesta que me miren como a un sospechoso. Por esto y porque a mi edad, aún si hubiera sido ladrón toda la vida, ya me habrían hecho “el partido de despedida”, porque no alcanzo a correr 100 metros y ya mi corazón me pide vía para salirse del pecho.

Daniel E. Chavez
edchavez58@yahoo.com.ar

¿Qué esperamos para reaccionar como ciudadanos?

Nos hemos acostumbrado como país a ver en el paisaje urbano gente de todas las edades revolviendo en la basura en búsqueda de comida, o de algo para vender y poder subsistir.

Ni un político ni funcionario habla del tema y los mismos ciudadanos hacen la vista gorda ante semejante panorama. Somos un país rico en decadencia. El mayor deudor del Fondo Monetario Internacional.

¿Qué esperamos para hacer algo como ciudadanos ante tanta injusticia?

Matías Pablo Capillas
matiaspablocapillas@gmail.com

Votar en blanco es no hacerse cargo del futuro

Votar en blanco es cobarde, es no hacerse cargo del futuro que está en nuestras manos. Esto no quita que los candidatos en oferta sean totalmente válidos, pero como explicó muy bien Santiago Kovadloff, por no votar no dejan de estar cubiertas las cámaras del Poder Legislativo o el Poder Ejecutivo. Se complementan con los votos de los que sí votaron, con más gente de las listas ganadoras.

Por ello nuestra bronca debería ser canalizada de otra forma, votar es un derecho pero sobretodo es una obligación, elijamos al que más nos guste o al menos malo, pero que nuestra decisión no la aprovechen otros.

Susana Mastronardi
susumastro@gmail.com

Otras listas que preocupan e interesan mucho más

Todos los políticos armaron las listas de candidatos y precandidatos. Pero las listas que más nos interesan y nos preocupan son la de precios, la de aumentos, la de inflación, la de los muertos por inseguridad, la de chicos ausentes en las escuelas, la de la pobreza, la de los que duermen en la calle. Y hay más: las listas de los desocupados, de los hijos que se van del país, de las chicas violadas, de los jubilados que parten sin haber sido tenidos en cuenta, la de productos que faltan.

Lo que también me preocupa y ocupa es que Sergio Massa formó (y forma) parte de este Gobierno en distintos cargos; Agustín Rossi, igual. Y son tan responsables de las listas que antes mencioné. La lista de la mentira, la impunidad y la desidia… ¿Cómo van a bajar la inflación y la inseguridad? ¿A “”massazos””?

Guillermo Gomez
guillepoligomez@yahoo.com.ar

Elogios para Messi por los partidos homenaje

Desconozco si fue o no premeditado, pero presentarse en los dos partidos de despedida a Maxi Rodríguez y Juan Román Riquelme, sucesivamente, vistiendo únicamente la casaca de la Selección Argentina, fue un hecho simbólico de hidalguía deportiva y humana de Leo Messi que merece destacarse.

Con ello, pareció decir: “Reconozco que nunca jugué en un equipo de liga de mi país –ni en Newell´s ni menos aún en Boca-, de manera que solo corresponde que luzca la camiseta con la que lo representé”. Así es cómo entendí su honorable actitud. Silenciosamente, ha pedido perdón por su única “falta” deportiva. Todo lo demás, es gloria y leyenda.

Adrián A. Klas
aklas@fibertel.com.ar



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