La insuficiencia de personal médico en el Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia de la ciudad de Santa Fe ha alcanzado un punto crítico, evidenciado por la abrumadora cantidad de pacientes que abarrotaron la sala de emergencias el pasado domingo. La situación, que fue capturada en imágenes que circularon ampliamente, revela la angustia de padres y madres junto a sus hijos, muchos de ellos esperando durante horas para recibir atención médica.
Una médica del mencionado hospital explicó que la falta de profesionales se atribuye a la prolongada precarización laboral que afecta a la mayoría de los trabajadores de la salud en este centro asistencial. «Hace meses se prometió la estabilidad laboral para quienes laboramos aquí, pero dichas promesas no se han materializado», lamentó. Esta situación de precariedad se traduce en salarios significativamente más bajos en comparación con aquellos que gozan del estatus de empleados permanentes.
La guardia del hospital, programada para atender la creciente demanda, se encontró subdesarrollada, con solo un reducido número de médicos disponibles para enfrentar la avalancha de casos. Esta carencia de personal médico se ha vuelto cada vez más aguda, llegando al extremo de tener un solo pediatra de guardia para una población que requiere atención urgente y continua.
La ausencia de una respuesta efectiva a esta crisis de atención médica se ve agravada por la falta de una negociación paritaria adecuada, que recientemente resultó en un paro de 48 horas. Esta situación no es exclusiva del Hospital Alassia, sino que también afecta al Hospital Iturraspe, lo que indica un problema sistémico que necesita ser abordado con urgencia.
La escasez de médicos en estos hospitales no solo pone en peligro la salud de la población, sino que también refleja una falta de respeto hacia los derechos laborales de los trabajadores de la salud. Es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas inmediatas para garantizar condiciones laborales justas y salarios dignos, lo que contribuirá no solo a mejorar la atención médica en estos centros, sino también a elevar la calidad de vida de quienes dedican sus vidas a cuidar de los demás.