Una historia que emocionó a toda la comunidad de San Jerónimo Norte y San Carlos Centro
El 15 de marzo, Ezequiel Zmutt, chofer de ambulancia oriundo de San Jerónimo Norte y en servicio en la base operativa de San Carlos Norte, recibió una llamada de emergencia de la Central Operativa de Gálvez: debía trasladar con urgencia a una mujer en trabajo de parto.
La paciente, Micaela Cerrudo, de 28 años y con 40 semanas de gestación, se encontraba en el Hospital Pedro Suchón. Aunque su cesárea estaba programada para el lunes 17, ese sábado despertó con un fuerte dolor abdominal y decidió acudir al hospital. Mientras era atendida, rompió bolsa y su dilatación avanzó rápidamente, de 2 a 7 centímetros en pocos minutos. El equipo médico decidió entonces el traslado urgente al Hospital Cullen de Santa Fe, donde tenía asignado su turno.
Desde San Carlos Norte, Ezequiel llegó rápidamente al lugar y recogió a Micaela junto a la médica Carolina Borgna y la enfermera Aranza López. Durante el viaje de 55 kilómetros, la situación se volvió crítica: Micaela comenzó con contracciones cada vez más intensas. A la altura de Circunvalación y calle Sebastián Gaboto, a solo tres kilómetros del hospital, el equipo tomó una decisión clave: detener completamente la ambulancia para asistir el inminente nacimiento.
Con profesionalismo y emoción, Ezequiel colaboró en el parto asistiendo con oxígeno a la madre mientras la médica y la enfermera se preparaban para el alumbramiento. En cuestión de minutos, nació la pequeña Aurora Silva, quien fue recibida en brazos, envuelta en toallas limpias, y colocada sobre el pecho de su madre.

“Fue lo más hermoso que me pasó. Se me caían las lágrimas de la emoción”, relató Ezequiel, conmovido por haber sido parte de un momento tan especial y lleno de vida.
Alrededor de las 16 hs, Aurora ingresó a la maternidad del Hospital Cullen en perfecto estado de salud, pesando 3,300 kg. Micaela y su esposo Gustavo Silva, quienes viven en el barrio Oeste de San Carlos Centro junto a su otra hija Evolet, de 10 años, no podían estar más agradecidos.
Un mes después, el 14 de abril, Ezequiel Zmutt decidió visitar a la familia para reencontrarse con la bebé que ayudó a nacer. Fue un momento de emoción y gratitud mutua. “Ese día fue todo muy rápido para mí”, recordó Micaela, “pero al pensarlo después, valoro mucho más lo que hicieron para que Aurora naciera bien. La doctora me transmitió mucha tranquilidad, la enfermera me acompañó en todo momento, y Ezequiel también fue fundamental. Solo tengo palabras de agradecimiento para los tres”.
