La escasez de lluvias combinada con la prolongada exposición al sol ha creado una situación preocupante para la cosecha récord de soja proyectada para el año 2024.
Según un reciente artículo de Agrofy, el intenso calor que predominó durante la última semana de enero y principios de febrero ha tenido un impacto significativo en los cultivos de soja. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informa que en la zona núcleo se han registrado pérdidas de hasta un 30%.
Se destaca que, a pesar de que las temperaturas superaron los 40 °C, el mayor problema ha sido la prolongada exposición a valores por encima de los 30 °C. Según el informe, el grado de insolación alcanzó casi 13 horas de sol diarias, con picos que superaron los 1100 W/m2. Esto ha provocado una pérdida promedio de ocho milímetros de agua en el suelo por día en los 10 millones de hectáreas que conforman la región núcleo.
En solo 10 días, las pérdidas han alcanzado los 80 milímetros, y se ha observado estrés térmico incluso en áreas previamente privilegiadas. Expertos de la región de Pergamino explican que el golpe de calor durante un período crítico afecta el rendimiento incluso cuando los suelos tienen buen estado hídrico.
En la zona, el 20% de los lotes ha pasado a una categoría regular, mientras que el resto se mantiene en buenas condiciones. La Bolsa de Comercio de Rosario informa que en la soja de segunda siembra, un 20% se considera malo y un 30% regular, cuando hace solo dos semanas todos estaban en condiciones muy buenas.
Respecto a la soja de primera siembra, el 50% de los lotes se encuentran en estado regular, mientras que el resto muestra un desarrollo satisfactorio. Sin embargo, es difícil estimar las pérdidas causadas por la ola de calor. Según el informe, si llueve adecuadamente esta semana, se estima que las pérdidas estarán entre un 20% y un 30% en promedio, pudiendo alcanzar hasta el 50% en ambientes más restrictivos.
En consecuencia, se estima que las pérdidas podrían representar entre un 20% y un 30% del rendimiento potencial, poniendo fin a la cosecha récord esperada para este año. Solo en áreas con reservas hídricas más favorables, las pérdidas podrían situarse en un rango más amplio, entre el 10% y el 30%. El futuro del cultivo dependerá en gran medida de la frecuencia y la cantidad de lluvia que se registre en las próximas semanas.